Grecia en su laberinto
Las elecciones del pasado domingo han tenido todas las características de los mejores dramas griegos: pasiones humanas, conflictos individuales, una puesta en escena dramática y un final trágico, -la salida del euro y el derrumbe de parte de la eurozona- que, al menos, se ha pospuesto. El nuevo mapa político sigue fragmentado pero tres formaciones, los conservadores de Nueva Democracia, los socialistas del Pasok e Izquierda Democrática, se han puesto de acuerdo, en un tiempo record, para formar gobierno.
Queda al margen la oposición izquierdista de Syriza que con 71 diputados ha sido el segundo partido más votado en las pasadas elecciones. Grecia inicia una nueva etapa aunque la desconfianza de Europa hacia el país heleno no parece dispuesta a amainar mientras las cifras económicas no sean convincentes.
La dimisión forzada de Carlos Dívar
Ha sido la crónica de una muerte anunciada: la dimisión en dos tiempos de Carlos Dívar, hasta el jueves Presidente del Tribunal Supremo y del máximo órgano de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial. La situación, tanto personal, como de las Instituciones que presidía se había vuelto insostenible, tras un mes en el que no han dejado de salir a la luz datos sobre los gastos realizados en 32 viajes, a lo largo de otros tantos fines de semana, con cargo al Consejo.
Informe Semanal analiza el caso, excepcional en la historia de una institución creada para garantizar la independencia de los jueces y que ahora tendrá que esforzarse por ser más transparente y recuperar la credibilidad perdida.
Objetivos de un milenio en crisis
La Cumbre de Río+20 sobre el desarrollo sostenible, auspiciada por Naciones Unidas, ha dejado un sabor agridulce y una cierta sensación de fracaso. Pese a su ambiciosa presentación, con 130 jefes de Estado y de Gobierno en tierra carioca, el documento final no parece cubrir las expectativas que se marcó.
20 años más tarde de la Conferencia de la Tierra, en la que 189 países se propusieron acabar con la pobreza y el analfabetismo, con una contribución del 0,7 por ciento del PIB en ayudas al desarrollo, sólo cinco naciones cumplen con su compromiso: Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega y Suecia. El propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon ha admitido que la Cumbre de Río+20 no ha estado a la altura del desafío del planeta
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