Hay puntos en los montes de Cualedro y Monterrei donde todo lo que se ve es negro: xestas, carballos, castiñeiros, viñas... Solo algunas pequeñas parcelas verdes sobreviven en un mar de oscuras cenizas. Una semana después del mayor incendio del año en Galicia y sin que haya caído aún una gota de lluvia, el paisaje conserva todo su aspecto perturbador.
El fuego, que ha dado paso a una semana infernal especialmente en las comarcas de Ribeira y el Baixo Miño, comenzó el sábado pasado, poco antes de comer. Como tantas veces, se localizaron varios focos y, en esta ocasión, con la regla de los tres 30 más que cumplida (menos del 30 % de humedad, más de 30 grados de temperatura y un viento a 30 kilómetros por hora o más), el fuego se lanzó hacia el sur a toda velocidad. (LEER TODO)

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