Miguel Collazo sigue en una situación muy difícil. Pero acaba de recuperar las ganas de luchar. El temple de hierro de este vecino de Rianxo había ido perdiendo fuelle conforme la vida le fue dando portazos. A Miguel, al que le llegó a tocar un décimo del gordo en el 2003, el mundo se le vino abajo cuando después de sufrir impagos y de entrar en el concurso voluntario de acreedores le embargaron la empresa -llegó a tener tres negocios de transporte y mecánica- e incluso su propio hogar. Se quedó sin nada. Y se le pasaron por la cabeza cosas atroces en las muchas noches sin dormir. Pero ahora ve las cosas con bastante más optimismo.
Y dice lo siguiente: «La Voz tivo algo que ver nisto».
Miguel, que tras quedarse sin nada empezó a trabajar vendiendo cupones de la ONCE -tiene una minusvalía- se quedó sin empleo en mayo. Él y su mujer pasaron a vivir entonces de una pensión de 394 euros y de la ayuda familiar. (LEER TODO)
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