Los últimos tres años han ido cuesta arriba para las farmacias gallegas -unas 4.500-, que han tenido que encajar los golpes del catálogo gallego de medicamentos, el nuevo copago, la desfinanciación de fármacos y el deterioro del consumo por la crisis. La facturación ha caído en muchas boticas hasta un 40 % y algunas empiezan a prescindir de personal, recurren a créditos o aplazan el pago a proveedores. Esto en el mejor de los casos. En la provincia de Pontevedra ya ha cerrado una farmacia (en febrero se subastó la licencia), y en la de A Coruña, dos. Y muchas más están en concurso de acreedores y a punto de quebrar. Los farmacéuticos cruzan los dedos para que la Xunta les siga pagando con puntualidad y para que no se confirme la intención de algunas grandes superficies de empezar a vender medicamentos.
María José García, 26 años en su farmacia de Santiago. «Nunca vivimos una situación así. La facturación cae en picado». La presidenta de los empresarios del sector en la provincia de A Coruña se refiere a que ahora venden fármacos por un euro o menos, a que cada mes tienen nuevas bajadas de precios, a que aumentan los genéricos, a que muchos pacientes ya no compran medicamentos que se han dejado de financiar. «Una clienta de muchos años dejó de tomar un mucolítico porque no lo podía pagar. Tuvo una neumonía que se le complicó e ingresó en el hospital. En este caso se ahorró muy poco». (LEER TODO)

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