viernes, 16 de noviembre de 2012

CAMBIOS EN CHINA

Xi Jinping sucedió a Hu Jintao al frente del Partido Comunista chino (PCC) y por lo tanto de China, segunda potencia mundial en plena mutación que este hombre del aparato deberá reformar y sanear de la corrupción galopante que la amenaza. Xi, de 59 años, se presentó ante la prensa internacional al frente del nuevo grupo dirigente de siete personas, la "dirección colectiva" que debe empuñar las riendas del país los próximos diez años.
La censura tapó de inmediato las revelaciones de la agencia Bloomberg en junio pasado sobre la fortuna de sus allegados, evaluada en más de 2.000 millones de dólares. En el extranjero, no se esperan giros espectaculares en materia diplomática. Xi Jinping reivindica "el orgullo histórico y nacional" de China. Potencia ascendente en el Pacífico, deberá seguir plantando cara a Estados Unidos y acuciando a Europa, su primer mercado de exportación, para que solvente la crisis de la deuda. En materia de derechos humanos, Xi Jinping deberá decidir si manda poner en libertad al Premio Nobel de la Paz 2010, el intelectual disidente Liu Xiaobo. 
Patrón ahora del "taller del mundo", Xi Jinping deberá intentar reinventar el modelo chino. En la China del futuro, el congreso comunista ha decidido que quiere rivalizar con las economías occidentales más desarrolladas. Pero, vigilado por 500 millones de internautas, a Xi Jinping lo esperan una clase media compuesta pronto por 700 millones de individuos, consumidores ajenos en su mayoría al ideal comunista, y un país donde la indignación sube ante la riqueza con frecuencia extravagante de la nueva "aristocracia roja". Son márgenes de maniobra estrechos que no auguran muchas audacias de cara a la modernización política de China. (LEER TODO)

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