Sonrisa absoluta, oro fantástico, clímax, son nombres que esconden un sinfín de sustancias psicoactivas ilegales. Son las llamadas drogas de diseño, cada vez hay mas, cada vez son más peligrosas. Las combinaciones son infinitas, tanto como las graves consecuencias que pueden tener para la salud, en muchos casos irreversibles. Asociadas al ocio y la diversión es en verano cuando más se consumen. El 80% de este tipo de drogas viene de los Países Bajos, aunque cada vez hay más procedentes de China.
Y cada año se desmantela en Europa un centenar de laboratorios clandestinos. Internet es la principal vía de contacto entre distribuidores y consumidores. Informe Semanal ha seguido la ruta de estas drogas en España, dónde se fabrican, cómo entran en nuestro país y cómo se distribuyen. También cómo es posible desengancharse de ellas.
Reconstruir el puzzle financiero
Los mercados han aflojado la presión sobre España al final de la semana, tras el anuncio de Mario Draghi sobre la posibilidad de que el Banco Central Europeo tome medidas para aliviar a nuestro país. Coincidiendo con esto, la situación de Bankia pasaba esta semana por el Congreso. Varios de los personajes clave en la crisis de la entidad explicaban su actuación. La comparecencia con más expectación fue la del expresidente de Bankia Rodrigo Rato.
Asegura que dimitió al saber que el Gobierno no aceptaría su plan de saneamiento y que la decisión de unirse con Bancaja fue idea del entonces gobernador del Banco de España. Miguel Ángel Fernández Ordoñez también compareció esta semana en el Congreso. Augura unos meses críticos para España, y calificaba como un error la salida de Rato de la entidad y la gestión que el Gobierno está haciendo de la crisis.
Alerta en el Sahel, los rostros de la pobreza
No es la primera vez que hablamos en Informe Semanal de la grave crisis alimentaria que vive el Sahel y no nos cansaremos de hacerlo. La falta de agua por la sequía deja malas cosechas, plagas y precios por alimentos y combustibles que no paran de subir. La vida de millones de personas en esa inmensa región de África está en peligro, si no ponemos remedio. La parte menos mala de todo esto es que aún podría evitarse.
Las ONGs nos recuerdan que hay concienciar a los líderes mundiales para que financien la ayuda que solicita la ONU para esta zona tan castigada. Junto a Intermón-Oxfan, un equipo del programa ha viajado a Burkina Faso. Allí unas 300.000 personas, entre ellas 60.000 refugiados de Mali, necesitan comida y asistencia.
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