Un año más la calle de Torre revivió sus imágenes clásicas del martes de carnaval. El abarrote. Las riadas de gente calle arriba y riadas de gente calle abajo. La comparsa Monte Alto a 100 recibiendo a los coruñeses en la plaza de España. El escenario del concurso y la verbena al lado de Curros Enríquez. El buen humor caminando libre por el asfalto desde Panaderas. Los locales llenos. Y un sinfín de disfraces para todos los gustos.
Sin embargo, el icono definitivo, el que le da su verdadero carácter al carnaval coruñés, renqueó. Dicho de otro modo, el martes choqueiro tuvo pocos choqueiros. Hubo, sí, valientes enfundados en sus disfraces imposibles, mezclando sin ton ni son un bañador de señora con un albornoz y unas medias de rejillas, perdiendo la vergüenza. Pero, desde luego, fueron muchos menos que en años anteriores. También descendieron los buzos, otra de esas indumentarias indefinibles que parecen haber pasado al olvido.
¿El resto? Fiesta, fiesta y más fiesta. A lo brasileño con los Kilomberos. A la gallega, tocando muñeiras. O en plan castizo, a ritmo de pasodobles con la comparsa del barrio. Todos los que se acercaron por allí se dejaron contagiar por las buenas vibraciones de Monte Alto. Las que hoy se enterrarán con la sardina. MAS NOTICIAS : 01 - 02 - 03 - 04 - 05 - 06 - 07 - FOTOS : 01 - 02 - 03 - 04 -
No hay comentarios:
Publicar un comentario